Luego que YPF implementara un nuevo aumento en el precio de los combustibles, con un incremento promedio del 1%, la Cámara de Comerciantes de Derivados del Petróleo, Gas y Afines (CAPEGA) sostuvo que este ajuste se suma a los incrementos previos de mayo, uno por el componente del biodiésel y otro por la parte impositiva. Pese a la suba, desde entidad destacaron que el impacto es atenuado, ya que el aumento acumulado en 2025, de un 5,6%, está casi a la mitad de la inflación consolidada, que alcanzará un 13% a mayo.
Sebastián Vargiu, presidente de CAPEGA, explicó en declaraciones al Ocho TV, las razones detrás de este comportamiento: “Lo bueno que podemos decir a los automovilistas y consumidores es que, a mayo, la inflación consolidada dará un 13% y en ese mismo periodo el precio de los combustibles aumentaron tan solo un 5,6% en todo lo que va del año, con lo cual los incrementos están dando en nuestro sector casi a la mitad de lo que va corriendo la inflación”. Según Vargiu, esto se debe a tres variables clave en la estructura de costos: “La más importante es el dólar, que prácticamente va teniendo una apreciación del 1% mensual. La otra es la cotización del barril del crudo, que está estable a la baja, y por último el componente impositivo, que nuevamente el Gobierno Nacional va difiriendo y lo va llevando para más adelante”.
El precio del barril de crudo Brent, una referencia clave a nivel internacional, se mantiene en una banda de entre 65 y 75 dólares, lo que reduce la presión sobre los precios internos. “Estamos ante un escenario de un dólar que debería estar tranquilo, con lo cual eso quita mucha presión al aumento de los precios de los combustibles”, señaló Vargiu, aunque advirtió que “tendremos que acostumbrarnos a subas o bajas en el precio según cómo vayan comportándose las variables de las estructuras de costo”.
En Tucumán, los nuevos precios de YPF quedaron así: Nafta Súper a $1.256 (+1,13%), Nafta Infinia a $1.449 (+1,12%), Diesel 500 a $1.295 (+1,17%) e Infinia Diesel a $1.451 (+1,11%). Sin embargo, el consumo de combustibles en la provincia continúa en declive, con una caída del 11,2% en abril, equivalente a 29.451 metros cúbicos, según datos de la Secretaría de Energía. Esto posiciona a Tucumán como la provincia con mayor retroceso en la comercialización de combustibles fósiles. La nafta representa el 61,5% del mercado local, mientras que el gasoil abarca el 38,5%.
A pesar de esta tendencia, Vargiu destacó una leve recuperación desde marzo: “Luego de 15 meses consecutivos de baja en el consumo de combustible, se da un punto de inflexión en marzo y en abril, y se espera que mayo siga con esa leve tendencia de recuperación”. El consumo de nafta, relacionado con el poder adquisitivo, muestra signos de mejora, lo que “implicaría que habría una recuperación en el poder adquisitivo de la gente”. En cambio, el gasoil, vinculado a la actividad económica y agropecuaria, “viene con meses con pérdidas interanuales”.
El impacto de la caída del consumo y los incrementos de costos ligados al Índice de Precios al Consumidor (IPC) afectan la rentabilidad del sector. “Nuestros ingresos están atados al precio del valor de combustible, mientras que nuestros costos están atados al IPC, y si este sube muy por arriba de nuestros ingresos, eso repercute drásticamente en la rentabilidad”, explicó Vargiu.
Nuevos hábitos y problemas superados
En cuanto a las formas de pago, las estaciones de servicio reflejan un cambio en los hábitos de los consumidores: “Cada vez más se utilizan tarjetas de crédito, muchísimas billeteras virtuales, muchísima app de las petroleras, y esto en detrimento del uso de efectivo”. Según CAPEGA, entre el 50% y el 60% de las transacciones se realizan con medios electrónicos, mientras que el efectivo representa entre el 35% y el 40%.
Por otro lado, Vargiu destacó que los problemas de cupificación de combustibles, comunes en 2022 y 2023, han sido superados: “Esa situación está totalmente subsanada, nuestras entregas son con normalidad, las estaciones de servicio están abastecidas con productos en sus tanques”. Esto se debe a que el precio interno de los combustibles en Argentina está equilibrado con los de países vecinos, facilitando las importaciones, que representan entre el 15% y el 20% del consumo. “El problema que se produjo en los años 2022 y 2023 se debía a que se importaba a precios en dólares y después venderlos en pesos a valores mucho más bajos, lo que significaba una pérdida para la petrolera”, aclaró.